DESCANSO

Hay que tener en cuenta la posibilidad de que haya algún trastorno que le dificulte disfrutar de un sueño saludable y adquirir de forma adecuada los hábitos relacionados con el sueño. 

 

Hábitos incorrectos:

Un 98% de los casos de insomnio se atribuyen a hábitos incorrectos, relacionados con:

  • La alimentación, por no seguir un buen horarios de comida o por errores dietéticos (cantidades excesivas o insuficientes, etc) 
    • Situaciones de cambio, cualquier tipo de cambio interfiere en el logro de los hábitos o, pueden perder los que ya tenían adquiridos. Como por ejemplo cambios en el ambiente, en las personas que cuidan al niño, etc.

Alguna de las alteraciones más frecuentes son: 
  • Las disomnias son alteraciones que afectan a la cantidad, la calidad y el horario del sueño.
      • El insomnio es la dificultad para irse a dormir o la tendencia a despertarse varias veces durante la noche. Es el trastorno del sueño infantil más frecuente y afecta a lactantes de seis meses como a niños y niñas de cinco años. Este se puede relacionar con 3 desencadenantes: dificultades en la adquisición del hábito de dormir, perturbaciones orgánicas y conflictos emocionales.

Perturbaciones orgánicas

Cualquier afección orgánica aguda o crónica puede provocar insomnio ya que causa dolor o por la afectación directa de los centros nerviosos. 

También puede ser debido a dificultades mecánicas como no poder respirar bien. 

Conflictos emocionales

La sensación de poca protección o de aceptación en el niño le dificultará el sueño. 

La madre y el padre tienen que ir viendo qué hace sentir bien al bebé, que le gusta y que no, su comodidad, etc. 

Dicha educación emocional también tendrá lugar cuando el niño empiece a ir al centro educativo.


Parasomnias

Las parasomnias son trastornos del sueño caracterizados por eventos p conductas anormales asociadas al sueño. La edad en que tienen mayor incidencia es entre los tres y los seis años. 

  • Pesadillas: supone el 45% de las parasomnias infantiles.
  • Somniloquia: supone el 21% de las parasomnias infantiles.
  • Sonambulismo: supone el 10% y el 15% de las parasomnias infantiles.
  • Terrores nocturnos: supone el 8% y el 13% de las parasomnias infantiles.
  • Bruxismo: supone el 4% de las parasomnias infantiles.
  • Jactatio capitis: supone menos del 4% de las parasomnias infantiles.

Somniloquia

Consiste en hablar, gritar, reír o llorar en sueños. Es más habitual en la madrugada. Normalmente, se trata de palabras sueltas, inteligibles o no, frases cortas; al día siguiente el niño no recuerda nada. 

Terrores nocturnos

Se producen durante la primera parte de la noche y se caracterizan por episodios repetidos de despertar brusco. Suele durar entre dos y diez minutos, y al día siguiente no suele recordar nada.

En estas situaciones, basta con quedarse con el niño/niña para vigilar que no se caiga y esperar que pase el episodio. 

Jactatio capitis

Es un movimiento rítmico de la cabeza sobre la almohada, o incluso, un balanceo de todo el cuerpo, acompañado de sonidos guturales.

Es un fenómeno normal e inofensivo, solo si los movimientos son muy vigorosos o si persisten más allá de los cuatro años hay que consultarlo con el/la pediatra. 

Pesadillas

Causado por un sueño vívido y largo, el niño se despierta de repente; ansioso, gritando y con miedo. 

Las pesadillas suelen estar más relacionados con el cansancio mental y la ansiedad, precedidas de acontecimientos vitales estresantes. 

Sonambulismo

Episodios en los que la persona que duerme se levanta de la cama, camina y realiza actividades mientras sigue dormida. Mientras sucede el niño o niña tiene el rostro pálido, la mirada fija y una escasa motricidad. También puede hablar. 

La persona está totalmente dormida. Estos episodios pueden durar desde unos segundos hasta veinte minutos, y se desconoce la causa.

Respecto a la intervención, sólo hay que reconducir al niño/niña a la cama, hablándole despacio, con frases sencillas. Es importante no despertarlo ya que al estar profundamente dormido se despertaría desorientada.

Bruxismo

Consiste en hacer rechinar los dientes durante el sueño, causado por una acumulación de tensión en la zona de la mandíbula provocando un ruido muy característico.

Puede estar causada por el estrés, aunque se cree que también depende de factores genéticos.

Los ronquidos

Entre el 7% y el 10% de los niños son roncadores habituales. 

Normalmente no es un hecho preocupante, pero si los ronquidos son fuertes y persistentes y el niño/niña duerme con la boca abierta y le cuesta respirar, lo mejor es consultar con el pediatra. 

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